¿Alguna vez has pospuesto esa tarea importante porque no te apetecía hacerla?
Pues eso tiene un nombre y se llama procrastinación.
Y no, no es porque gestionas mal tu tiempo. Es porque no manejas bien tus emociones.
Si quieres saber como evitar la procrastinación en el trabajo, ¡sigue leyendo!
La procrastinación, un alivio temporal
Cuando hablamos de procrastinar nos referimos al hecho de posponer tareas importantes a pesar de tener tiempo para hacerlas.
Que, aunque sepamos que no hacerlas tendrá consecuencias negativas, aun así, las posponemos. ¡Como la alarma del móvil!
Pero la causa de la procrastinación no es gestionar mal tu tiempo o ser poco productivo, es gestionar mal tus emociones negativas.
Cuando evitamos hacer esa tarea del trabajo importante, cuando decimos “mejor lo hago mañana”, es porque esa tarea no nos satisface y/o nos genera estrés, frustración, aburrimiento, inseguridad, etc.
Esto hace que busquemos un alivio inmediato (pero temporal) de esas tareas que no queremos hacer. Así que, las posponemos y ¡puf!, nuestras emociones negativas desaparecen.
Hasta que volvemos a tener que hacerle frente y vuelven a aparecer. Así, entramos en un círculo vicioso del que parece que no podemos escapar.
1. Haz un esquema de todas las tareas
Puede que tu empresa lleve un control de las tareas que tiene que hacer cada empleado con algún programa online.
Pero puede que no. Si es tu caso, recoge todas las tareas que tienes que hacer y organízalas de forma visual por semanas.
Hasta la más mínima tarea que piensas que solo te va a llevar 10 minutos, anótala.
Programas como Holded o Trello aunque organizan las tareas de todo el equipo de trabajo, son muy buenas opciones para crear y tener todas tus tareas a la vista.
Además, te ofrecen muchas opciones para indicar si la tarea está hecha, su nivel prioridad…
2. Prioriza tus tareas
Si tu tablón de tareas está lleno, no sabes por dónde empezar y todas las tareas parecen que tienen el mismo nivel de urgencia (aparentemente ninguno), te resultará muy difícil salir del bucle de la procrastinación.
Casi tanto como intentar escapar de arenas movedizas.
Aunque siempre pueda haber cambios de última hora, prioriza tus tareas.
Organiza qué tareas son más importantes que otras.
Siguiendo un orden, conseguirás tener claridad en tu trabajo y podrás gestionar de forma correcta las tareas.
3. Establece fechas concretas
Si tienes todo el mes para hacer 20 trabajos diferentes, probablemente en algún momento los pospondrás, créenos.
Porque si no tienes una fecha fija y no sabes bien cuando tienes que entregar tus trabajos, ¿para qué los vas a hacer hoy si los puedes hacer la semana que viene?
Para poner un obstáculo más a tu procrastinación en el trabajo, establece fechas concretas para cada tarea, incluso si estas no lo tienen.
Así llevarás un control de qué tareas tienes que hacer cada día y te obligarás a hacerlas porque tienen una fecha establecida.
4. Aprende a gestionar tus emociones
¿Qué pasa si a pesar de todo sigues sin poder salir del bucle?
Aunque todo lo que hemos comentado anteriormente te ayudará a generar buenos hábitos, hay que atacar la causa: la mala gestión de emociones negativas.
Tenemos la urgencia de aliviar esas emociones de inmediato, pero no de hacerle frente al trabajo.
Por lo que tienes que aprender a sobrellevar esos malos sentimientos de otra forma.
Busca cual es la causa de posponer tus tareas. Si es porque te aburren, tienes miedo a hacerlo mal, comparas tu trabajo con el de tus compañeros…
Cuando la sepas y escuches cual es tu problema interior, podrás hacerle frente.
¿Qué opinas? ¿Crees que procrastinas en el trabajo?
Esperamos haberte aclarado tus ideas y recuerda, ¡no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy!